Surgida a la literatura a finales de los años 70, Allende se fue a buscarlas al siglo XVI y le siguió el rastro a Inés Suárez, la heroína de su novela Inés del alma mía, una costurera que manejaba el hilo y la aguja con la misma eficacia que la espada.
Con sangre fría y ánimo sereno, extraía las flechas del cuerpo doliente de los soldados heridos, y con astucia y sabiduría instintivas hallaba el agua en la vastedad del desierto, auxiliada por una ramita de zahorí para tantear el camino.
Suárez fue la mujer que sedujo al conquistador Pedro de Valdivia, quien la traicionó y fue obligado después a beber, derretido, el oro de sus desvaríos, meta de su avaricia y afan de poder.
Gioconda Belli se sumergió en los avatares de otra figura femenina de cuatrocientos años atrás, la reina española Juana la Loca, encerrada cuatro décadas durante las cuales fue manipulada por su padre, su marido y su hijo.
Puesta a elegir entre el amor y el poder, votó a mano alzada por los sentimientos. Libré una guerra por todos los que amaba, se dolía Juana la Loca, pero nunca luché por mi. Puesta a elegir entre el amor y el poder, votó a mano alzada por los sentimientos.
Belli mezcla sus desdichas de pasión con una historia amorosa protagonizada por un profesor de Historia y su alumna adolescente, que viven en el presente.
A juicio de Isabel Allende, la coincidencia de ambas en el abordaje de mujeres paradigmáticas, quebrantadoras de las convenciones de su época, es un tema que estaba flotando en el aire con reclamos de ser atendido.
Para las dos escritoras, la codicia, el afan de poder y el sexo son las tres grandes fuerzas que mueven la historia. Si antes la búsqueda del oro impulsó a los conquistadores que marcharon a América, ahora es el petróleo el generador de los conflictos y las guerras -aseguran.
El antiguo El Dorado sustituido por el líquido oscuro de espesor denso, sin el cual el motor del mundo quedaría paralizado. El poder en juego de nuevo.
En un universo tan complejo y erizado de tensiones como el del siglo XXI -sostiene Allende-, la novela histórica deviene una forma de adquirir perspectiva y descifrar lo que está ocurriendo.
Santiago de Chile, 16 de noviembre 2006
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