‘La acción, que fue fuertemente vigilada por Carabineros, los jóvenes activistas representaron la matanza de cetáceos con sus cuerpos bañados en pintura roja y envueltos en una red, mientras otros voluntarios desplegaban un lienzo con la leyenda Japón mata 20.000 delfines.
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Juan José Valenzuela, biólogo marino de Oceana, leyó una declaración donde explicó que la movilización tenía por objeto expresar nuestro rechazo a esta masacre y exigir al gobierno japonés que elimine esta cacería brutal y sin sentido de sus costas ya que la mayoría de estas especies se encuentran protegidas por acuerdos intencionales, tratados que Japón transgrede permanentemente.
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Valenzuela agregó que a partir de octubre los barcos pesqueros nipones provocan ruidos que desorientan a los delfines, marsopas y pequeñas ballenas y retienen a grupos enteros en bahías con aguas poco profundas.
Según el profesional, a menudo, los cazadores lesionan deliberadamente a algunos ejemplares para retener a los miembros de su familia, ya que estos cetáceos no abandonan a un integrante que está sufriendo. ,
Relató que a la mañana siguiente comienza la matanza, los pescadores utilizan lanzas y garfios para apuñalar y desangrar a animales que no tienen posibilidad de escapar. La mayoría de los delfines son descuartizados y vendidos como alimento mientras que unos pocos son vendidos a delfinarios y parques acuáticos que se convierten en cómplices de esta carnicería, finalizó.
Santiago de Chile, 20 de octubre 2006
Crónica Digital , 0, 41, 3’