“Se equivocan los que creen que por el sólo hecho de movilizarse lograrán que el gobierno tome una decisión que no fuera sensata”, dijo la mandataria chilena durante el acto de inauguración de un centro comunitario de salud en Buin.
Haciendo alusión a las distintas manifestaciones de gremios y organizaciones sociales, incluida la que tiene lugar con los estudiantes secundarios, Bachelet defendió una postura abierta al diálogo, pero de rechazo a las presiones.
“Esta Presidenta escucha, dialoga y reflexiona, pero finalmente pensando en lo mejor para el país”, señaló tras subrayar que el gobierno ha actuado con “mucha honestidad” ante las crecientes demandas de importantes sectores laborales y sociales.
En esta línea aseveró que se equivocan los que creen que por el solo hecho de movilizarse lograrán que el gobierno tome una decisión que no fuera sensata, e insistió en que “soy una persona que me convenzo por las buenas razones y con buenos argumentos”.
En clara alusión a críticas de la derecha que le reprocha falta de liderazgo, la gobernante señaló: “se engañan quienes creen que la voluntad de diálogo es signo de debilidad, al contrario, dialogamos porque estamos uniendo la capacidad del gobierno con la de hacer”.
Según la mandataria, se está gobernando con un sentido ciudadano y “eso refuerza nuestra tarea”.
Mientras tanto, la ocupación de escuelas secundarias -que alcanza ya a una docena- y llamados a una movilización en reclamo de un cambio radical al sistema de enseñanza continuaban calentando hoy el ambiente social.
Ante lo que consideran falta de voluntad política del gobierno para asumir sus responsabilidades en la educación del país, el presidente del Centro de Alumnos del liceo José Victorino Lastarria, Federico Hernández, apeló al Parlamento.
El dirigente, que lidera la ocupación de ese centro de estudio en una de las comunas más aristocráticas de esta capital, hizo un llamado a lo parlamentarios a crear un proyecto de ley que garantice la calidad de la educación para todos los estudiantes.
Hernández dijo que los esfuerzos del movimiento secundario apuntan ahora a este objetivo. “A principio de año, ellos nos daban un apoyo entre comillas, pero al final no se ha llevado a debate la Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza (LOCE)”, indicó.
El cambio de esta normativa, impuesta por el dictador Augusto Pinochet en 1980 como parte de su política de privatizaciones y que ha hecho de la educación uno de los negocios más lucrativos del país, es una de las principales demanda de los jóvenes.
“Nosotros no queremos derogarla sin ningún fundamento, lo que queremos es que el Estado garantice una calidad de educación para todos los chilenos, independiente de su estrato social”, recalcó el dirigente.
Santiago de Chile, 14 de octubre 2006
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