Jóvenes de todo el país decidirán, en una Asamblea Nacional, si permanecen o no en el Consejo Asesor Presidencial, creado en mayo pasado por la presidenta, Michelle Bachelet, para elaborar propuestas de cambio a la polémica Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza.
Convocado por la Asamblea de Estudiantes Secundarios (ACES), la cita tiene lugar en medio de paros y ocupaciones de grandes y emblemáticos colegios, como una clara señal de descontento por lo que sus líderes consideran falta de voluntad política del gobierno.
“A la Asamblea (órgano rector del movimiento) las regiones van a llevar su voto acerca de si seguimos o nos bajamos del Consejo Asesor”, declaró Sebastián Muñoz, dirigente del Instituto Nacional al explicar el punto central de la convocatoria.
Pese a los constantes llamados de las autoridades a la paciencia, la situación puede tornarse aún más compleja si los dirigentes regionales emprenden a partir de hoy ocupaciones de sus centros de estudio al igual que han hecho los de esta capital.
En la Región Metropolitana, donde reside el 40 por ciento de los habitantes del país, suman entre 17 y 20 los colegios en poder de los alumnos, una situación similar al inicio de la denominada “revolución de los pingüinos” que puso en crisis al gobierno en mayo pasado.
“Este fin de semana esperamos doblar los colegios tomados”, señaló la víspera Maximiliano Mellado, vocero de la ACES y uno de los más influyentes líderes del movimiento, pese a la amenaza de desalojo planteada por alcaldes de la Asociación Chilena de Municipalidades.
Mellado subrayó que los estudiantes están preparados para enfrentar esa posibilidad (la acción policial de desalojo) y la resistirán. “No vamos a entregar tan fácilmente nuestros colegios y seguiremos luchando por una mejor educación para el país”, puntualizó.
Frente a la continuidad de las protestas, Muñoz explicó que cada colegio debe fijar su posición. “El paro sigue, pero es un tema que cada liceo decide, también se va a discutir como Asamblea como vamos a proceder y los planteamientos que se harán al gobierno”, apuntó.
Según Muñoz, la condición para poner fin a las movilizaciones es que el Ejecutivo envie lo decidido por el Consejo Asesor al Parlamento, ya que éste es quien tiene la capacidad resolutiva para introducir cambios al sistema.
Señaló que la principal exigencia de los secundarios “es que se lleven los planteamientos al Congreso y que se trate lo que más nos importa ahora, que es la agenda corta, los temas macros estructurales que no son tratados y que no ha habido ningún esfuerzo por tocarlos”.
Los requerimientos fundamentales de los estudiantes es el cambio de la LOCE -normativa que rige el sistema-, la creación de una Superintendencia de la Educación, modificación al Estatuto Docente y reformas a las Pruebas de Selección Universitarias (PSU).
Frente a la radicalización del movimiento estudiantil, Bachelet advirtió la víspera que no se dejará presionar. “Se equivocan los que creen que por el sólo hecho de movilizarse lograrán que el gobierno tome una decisión que no fuera sensata”, sostuvo la mandataria.
La gobernante defendió una postura abierta al diálogo, pero de rechazo a las presiones.
“Esta Presidenta escucha, dialoga y reflexiona, pero finalmente pensando en lo mejor para el país”, sostuvo tras señalar que el gobierno ha actuado con “mucha honestidad”.
Santiago de Chile, 14 de octubre 2006
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