¿EN SUSPENSO LUCHA POR IGUALDAD DE LA MUJER?

La mandataria incluyó una propuesta para incentivar la elección de mujeres dentro de la reforma al sistema electoral binominal, pero dejó pendiente una ley de cuotas para los partidos políticos, una pieza clave en su esfuerzo por cambiar la correlación de fuerzas.

Un estudio reciente de la Corporación Humanas demuestra que es precisamente el Legislativo -donde se espera tramitar leyes que incentiven la participación femenina en cargos de elección popular- el poder del Estado donde se marca la menor presencia de faldas.

Las mujeres ocupan hoy el 34 por ciento de los cargos en el Ejecutivo, el 20,8 por ciento en el Poder Judicial y sólo un 12,7 de los escaños en el Parlamento, según la investigación de la organización no gubernamental.

De ahí la necesidad de plantear ideas que den rienda a la carrera política de las féminas, en particular al interior de los partidos políticos que presentan candidatos y candidatas a los cargos electivos.

La decisión de no incluir ahora la ley de cuotas en la reforma al sistema electoral -tal vez el más importante y emblemático proyecto de su gobierno- parece responder a una estrategia de más largo plazo, dado el fuerte rechazo que enfrenta la medida en todos los partidos políticos, incluyendo los cuatro que integran la coalición gobernante.

Sin embargo, como una señal de que no ha renunciado a la lucha por la igualdad de géneros, la mandataria puso la primera piedra de la estructura que se requiere levantar para lograr paridad también en el Congreso.

Propuso incorporar a la Constitución la posibilidad de introducir incentivos a la participación femenina, como el pago de una cifra mayor por parte del fisco para financiamiento de campañas a los partidos que más candidatos mujeres presenten a cargos electivos.

Aunque formó parte destacada en su campaña por la presidencia, el tema cobró una notable fuerza con la elección del primer gabinete paritario en la historia del país, así como en la elección de subsecretarios, intendentes, gobernadores y otros puestos claves de gobierno.

A menos de 72 horas de instalarse en La Moneda, con motivo del Día Internacional de la Mujer, Bachelet lanzó por primera vez la idea de presentar una ley de paridad a nivel de partidos políticos y aseguró que haría de Chile «un país de paridad total».

«Uno de los temas en que todavía estamos atrasados es en el ámbito político, la ley de cuotas será una de las áreas a priorizar. Vamos a trabajar para que en nuestro país todos tengan igualdad de oportunidades. Por cierto, las mujeres también», dijo Bachelet.

Un proyecto similar se ha aplicado en varios países, como Francia, el cual obliga desde 1999 a las colectividades a que sean mujeres el 50 por ciento de sus candidatos que compitan en elecciones legislativas y locales.

CONFLICTOS FRENAN EL IMPULSO

A poco de instalarse en La Moneda, sin embargo, comenzaron los primeros conflictos no previstos -acumulados en su mayoría en gobiernos anteriores- y obligaron a la primera mujer presidenta de Chile a reformular su agenda.

Debate sobre impuestos, huelga de hambre de mapuches, protestas estudiantiles en reclamo de reformas al sistema educacional -que originaron la primera crisis de gobierno-, desencuentros con los partidos oficialistas, paros en la salud y la campaña opositora por el incremento de la delincuencia, entre otros, relegaron momentáneamente a un segundo plano el tema de la mujer.

No fue hasta fecha reciente (más de tres meses después de asumir el gobierno) que la mandataria volvió sobre el asunto al defender la paridad en el poder durante un seminario titulado «Mujeres al timón», donde sostuvo que es fundamental promover el ingreso de representantes del llamado sexo débil al mundo público.

«Este no es un tema de feminismo ni de reivindicaciones laborales, es un tema de justicia», indicó, recalcando «la importancia de generar políticas públicas que promuevan el liderazgo femenino».

Tras calificar su elección como «la derrota de la exclusión», Bachelet defendió su gabinete paritario y señaló que «lo más importante es que hoy día en Chile nadie duda que haya suficientes mujeres para ocupar esas u otras posiciones de liderazgo».

Puso precisamente el énfasis en la escasa representación femenina en el Congreso, donde aumenta apenas un 2,0 por ciento. A ese paso -dijo- necesitaríamos 40 ó 50 años para lograr estándares mínimos de un 40 por ciento de representación política de las mujeres en el poder legislativo.

Luego volvió sobre el asunto a propósito de un fuerte debate generado en torno a la propuesta de una comisión asesora, designada por ella para estudiar reformas al sistema previsional, que aumentaría a 65 años la edad de las mujeres para jubilarse.

Tras un largo silencio inicial que hizo dudar a algunos de sus intenciones, la mandataria fue categórica al reafirmar -al recibir el jueves las recomendaciones finales- que no tomaría decisión alguna que «precarice o dificulte la situación de las mujeres que tienen que trabajar, y además en su casa como esposa y como madre».

«Yo soy mujer, tengo hijos y he trabajado toda mi vida y después del trabajo he tenido que llegar a mi casa a seguir trabajando, así que no me tienen que contar lo que significa trabajar y ser mujer en una sociedad como esta», dijo categórica al ser consultada por los medios.

Subrayó seguidamente que su mensaje está dirigido a tranquilizar a la mujer chilena. «Esta Presidenta no va a tomar ninguna decisión que pueda precarizar su situación a la hora de jubilar», recalcó la mandataria poniendo fin a las especulaciones sobre el tema.

ESTADISTICAS

La primera Presidenta de Chile, acompañada por un gabinete ministerial completamente paritario (10 hombres y 10 mujeres), es una señal de cambio. Asimismo, hay seis intendentas, 75 secretarias regionales ministeriales y 17 gobernadoras.

En contraste, hay sólo dos senadoras en ejercicio y tal número permanece estable prácticamente desde 1951. Sólo para el período 1990-1993 y 1994-1997, hubo tres representantes en la Cámara Alta.

En materia de diputados, en 1993 había nueve mujeres, en el 97 había 14, en el 2001 eran 15 y este año asumieron 18 diputadas. En el año 1951 había una mujer en la Cámara Baja.

El proyecto de reforma presentado por Bachelet se fundamenta en que los incentivos a la elección femenina son necesarios, apuntando que en los cargos de alcaldes y concejales la cifra de mujeres es igualmente escasa.

De 432 alcaldes, 32 eran mujeres en el año 1992; la misma cifra de 32 existía en 1996, sobre 341 municipios. En los años 2000 y 2004, el número fue de 42.

En el año 1992 había 216 concejalas versus mil 434 hombres. En el año 1996 había 258, en comparación con mil 531 masculinos. En el año 2000 eran 308 mujeres y mil 475 hombres, y para el año 2004, la cifra creció a 450 versus mil 230.

El estudio de Corporación Humanas apunta que las jefaturas de Servicio marcan mayores resistencias al poder femenino. «Se observa un incremento paulatino, pero lento, no alcanzando un tercio», indica.

En las jefaturas de división de los ministerios políticos, también hay baja participación femenina.

El informe señala los casos de la Secretaría General de Gobierno (no hay ninguna), en la Presidencia (16,7 por ciento), Relaciones Exteriores (20) e igual número en Interior.

Distinto es el cuadro en los ministerios sociales, entre ellos Consejo de la Cultura (50), Salud (50), Trabajo y Previsión Social (50), Bienes Nacionales (66,7) y Servicio Nacional de la Mujer (77,7).

La estadística da cuenta que en las Secretarías Regionales Ministeriales y Gobernaciones se observa un aumento en la participación de mujeres.

Sin embargo, en el caso de las gobernaciones se encuentran mayores resistencias, pues «al desagregar los datos por regiones, no hay una intencionalidad política para instaurar la paridad de manera transversal».

En cuanto a los cargos de embajadas y directorios de empresas públicas, la investigación de Corporación Humanas sentencia que aún «son ámbitos tradicionalmente masculinos donde la participación de mujeres se torna más dificultosa».

Por: Angel Pino Rodríguez *El autor es corresponsal de Prensa Latina en Chile.

Santiago de Chile, 10 de julio 2006
Crónica Digital , 0, 231, 8

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