El gobierno norteamericano exige a los países que suscriben el Estatuto de Roma -que crea el TPI- la firma de un acuerdo que excluye a los estadounidenses de ser juzgados por ese tribunal internacional si desean evitar represalias en materia de defensa.
Más de 100 naciones se han adherido ya a esa instancia, pero Chile sigue siendo uno de los pocos países de la región que no lo ha hecho por temor a perder la cooperación de Washington en materias de entrenamientos y compras de equipos militares.
Blanlot señaló que su gobierno gestiona con las autoridades de ese país para que no se apliquen sanciones, antes de dar su visto bueno para que el Parlamento chileno, que ya logró un acuerdo sobre el tema, culmine el proceso legislativo.
Subrayó que de lograrse eso, “para nosotros los efectos de la decisión sobre el TPI serán bastantes menores”, aunque siempre existe la posibilidad de que por las relaciones tan estrechas que unen a ambos países la actitud con Chile sea más flexible.
“Las conversaciones que se han tenido y las que se tienen regularmente entre las carteras de Defensa y las Fuerzas Armadas de ambos países nos indican que estas sanciones se han aplicado, históricamente, con un cierto grado de flexibilidad”, afirmó.
Blanlot precisó que “ello depende del tipo de relación que tiene el país del norte con los gobiernos involucrados, específicamente en materia de defensa”.
La secretaria de estado especificó que “nosotros tenemos una relación muy fluida con Estados Unidos en esta y otras áreas”, por lo que esperan que el gobierno de ese país no ponga a Chile en una situación complicada.
“Hasta el momento, han manifestado que se están haciendo todos los esfuerzos para que, en nuestro caso, la ratificación del TPI, que no está sujeto a discusión, no tenga sanciones que realmente debiliten la relación en materias de defensa”, puntualizó.
Aunque el país del norte ya suspendió la ayuda militar a 11 naciones latinoamericanas que ratificaron el TPI, la ministra aseguró que “Estados Unidos está estudiando la posibilidad de dar waver (excepción) a un conjunto de países, y no sólo a Chile”.
Aclaró que ello está en estudio, por parte de Estados Unidos, de forma tal de no afectar todo lo que tiene que ver con cooperación en materias de entrenamiento. “Si fuera así, para nosotros los efectos del TPI serán bastantes menores”, precisó.
Reafirmó que los problemas mayores serían para la Fuerza Aérea (FACH), que adquirió 10 aviones F-16 nuevos a la Lockheed Martín y otras 18 naves similares de segunda mano a Holanda, que requieren de la autorización estadounidense para ser modernizados y enviados a Chile.
Santiago de Chile, 23 de junio 2006
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