‘La pobreza, en la desesperación por tierra, agua y alimento, muchas veces obliga a bordear y no respetar las restricciones ambientales.
Es evidente que las catástrofes ambientales minan el desarrollo económico en cualquier parte del mundo, por lo que invertir en el ambiente es vital para disminuir la pobreza e invertir en pobreza es crucial para una completa política ambiental.
El desarrollo sustentable integra la inversión en ambos factores, pobreza y ambiente, y considerando la interconectividad de nuestras sociedades y economías, cargas sociales y problemas medioambientales en otras regiones del planeta, tarde o temprano nos afectarán a todos.
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La degradación del medioambiente es una de las mayores barreras para alcanzar un desarrollo sustentable tanto en Chile como en cualquier otra parte del mundo. Al examinar algunos de los servicios que el ecosistema presta al hombre (beneficios que obtiene el ser humano de los ecosistemas) se evidencia que éstos han disminuido en los últimos 50 años, especialmente las pesquerías y los caudales de agua.
Más del 70% del billón de pobres que habitan el planeta vive con menos de un dólar al día y son precisamente ellos los que mayor dependencia de los servicios ecosistémicos tienen.
Estas cifras evidencian la interdependencia del medioambiente y de la pobreza, y es claro que ésta última no puede subsanarse sin una inversión interdisciplinaria que permita alcanzar un desarrollo sustentable, por ejemplo, la inversión en prácticas de agricultura, sin tomar en cuenta los problemas de polución del agua, puede afectar dramáticamente la pesca artesanal.
Este caso muestra con claridad cómo requerimientos tecnológicos y aspectos de conservación de recursos van complejamente ligados. Sólo puede encararse teniendo enfoques interdisciplinarios o, dicho de otro modo, una aproximación ecosistémica para llevar a cabo un desarrollo realmente sustentable.
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Actualmente las Naciones Unidas están llamando a aumentar la inversión en aspectos ambientales y sociales de manera integrada.
Para ello se debe cambiar el fondo de qué entendemos por desarrollo y reunir en proyectos comunes a desarrollistas, ambientalistas y personas preocupadas por el entorno social. El progreso científico nos está proveyendo de nuevos entornos conceptuales para implementar una forma moderna de alcanzar un desarrollo sustentable.
Por: Alejandro Buschmann. El autor es economista de Fundación Oceana.
Santiago de Chile, 24 de mayo 2006
Crónica Digital , 0, 289, 16’
