En su primera rendición de cuenta a la Nación, la mandataria indicó que las tareas fundamentales estarán abocadas a la reforma del sistema previsional, mejorar la educación, impulsar la innovación y el emprendimiento y desarrollar barrios más amables y seguros.
Desde el Salón de Honor del Congreso Nacional y ante un millar de invitados especiales que la aplaudieron repetidamente a lo largo de su discurso de poco más de una hora, Bachelet reiteró su promesa de que este será “un gobierno de los ciudadanos”.
Recordó la emotiva jornada de su asunción de mando y rindió homenaje a las mujeres que a lo largo de la historia de Chile contribuyeron a que ella llegara a la Presidencia. “Estoy aquí como mujer, representando la derrota a la exclusión”, enfatizó.
Tras saludar el primer gabinete paritario en la historia del país, dijo que impulsará la igualdad de remuneraciones para hombres y mujeres que ejercen funciones y tienen meritos similares y prometió mejorar la ley de acoso sexual, entre otras medidas en esta materia.
En cuanto a la reforma al sistema de pensiones, en estudio por una comisión de expertos nombrada por el Ejecutivo, señaló que es una tarea pendiente de su generación y será una de las principales transformaciones que buscará concretar en sus cuatro años de gestión.
El énfasis en el mejoramiento de la educación fue su segunda prioridad, y se comprometió a construir más salas cunas y jardines infantiles para los pequeños, y liceos de más calidad para los alumnos de mayor edad.
Aunque reconoció la necesidad de mejorar la educación, una de las principales demandas de los estudiantes secundarios, la mandataria advirtió que “no tolerará vandalismo ni destrozos” como los ocurridos en manifestaciones recientes.
Como tercer y cuarto ejes de su mandato, Bachelet definió la “innovación y emprendimiento para el crecimiento”, en el que propuso medidas específicas y detalló que impulsará la creación de “barrios más amables para mejorar la calidad de vida de las personas”.
En cuanto al uso de los millonarios excedentes del cobre, el esperado “plato fuerte” de su mensaje, la gobernante aseveró que “la historia de América Latina muestra demasiados auges que terminaron en crisis”.
“Ninguna de estas riquezas garantizó el desarrollo”, subrayó para recordar a continuación cómo el boom del salitre “no sentó las bases del desarrollo que Chile necesitaba” en el siglo pasado, por lo que llamó a “no engañarnos” ahora con los altos precios del cobre.
Aseveró que el alto valor del metal rojo en el mercado internacional, que ha roto todos los récords históricos, “son transitorios y debemos administrar estos ingresos con prudencia y sabiduría”, lo que implica “gastar una parte y guardar otra”.
Insistió en mantener su política del uno por ciento de superávit estructural, una medida muy criticada en sectores políticos dentro y fuera del gobierno, que reclaman un mayor uso de los excedentes en programas sociales que el país requiere con urgencia.
Mantuvo además la decisión de depositar en el exterior los excedentes del cobre, y anunció su voluntad de crear con parte de ellos un Fondo de Estabilización Social, al tiempo que indicó que esto no puede significar un costo para otras exportaciones.
Bachelet también dio espacio a las transformaciones de carácter político que se propone emprender y definió con claridad tres objetivos: cambio del sistema electoral, votación de chilenos en el extranjero, y señas sobre la ley de cuotas en los partidos.
Santiago de Chile, 22 de mayo 2006
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