El informe, que consideró 16 ciudades que cuentan con sistemas permanentes de monitoreo ambiental, arrojó que la principal fuente emisora es el transporte, que en el caso de la capital chilena genera el 56 por ciento del material particulado (PM10).
El estudio, elaborado por investigadores en el área ambiental en 16 países de la región y el Caribe que cuentan con sistemas efectivos y permanentes de medición, indica que esta ciudad es la de mayor registros anuales de contaminación, dañino para la salud humana.
En el período comprendido entre 2000 y 2004 le siguen Bogotá y Ciudad de México, según la investigación.
A nivel general de las urbes analizadas, Santiago ocupa el segundo lugar tras Arequipa, Perú. En contraposición con esos resultados, Sao Paulo es una de las ciudades con menores niveles de emisiones, lo que es atribuido a su buena ventilación y al fomento del transporte limpio.
El académico del Departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Universidad Católica, Héctor Jorquera, quien entregó antecedentes para el diseño del informe latinoamericano, advirtió que la situación es realmente preocupante.
Explicó que en el caso de Santiago “las concentraciones ambientales de PM10 son tan altas que permiten concluir que el riesgo de la población es mayor que en ciudades de tamaño similar, pero con mejor calidad de aire, tales como Sao Paulo”.
El informe de la OPS indica que la concentración anual de PM10 fue de 68 microgramos por metro cúbico (ug/m3) en 2004. La principal fuente de ese agente es el sector vehicular, que aporta el 56 por ciento del material particulado.
Le sigue el industrial, con 31,4. En todo caso, se revela una mejoría: en 2000 había un promedio de 77 ug/m3.
Dijo que las emisiones de gases tóxicos provocan diversos efectos en la salud, entre los que se consideraran incrementos de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, especialmente en los grupos más vulnerables como niños y ancianos.
Añadió que “esto lleva a un mayor numero de consultas médicas, hospitalizaciones, visitas a salas de urgencia, ausencias escolares y laborales, entre otras consecuencias del aumento de la morbilidad”.
Mientras tanto, durante el fin de semana se prevén altos niveles de contaminación en esta ciudad, puesto que no se pronostican precipitaciones que ayuden a mejorar la ventilación de la cuenca.
Santiago de Chile, 15 de abril 2006
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