Bachelet dio a conocer el pasado miércoles la nómina de 32 subsecretarios que completa el gabinete ministerial para el gobierno que inaugurará el 11 de marzo próximo, y entre ellos se encontraba el capitán de aviación (r) Raúl Vergara.
El ex oficial fue un estrecho colaborador del general Alberto Bachelet cuando este trabajó en el gobierno del presidente Salvador Allende. Pocos días después del sangriento golpe militar (1973) ambos fueron detenidos y acusados de traición a la patria.
Vergara, un socialista de 62 años, fue compañero de celda del padre de la presidenta electa por más de seis meses, hasta que éste murió de un infarto en 1976 como resultado de las torturas a que fue sometido por sus ex compañeros de armas.
Su nombramiento fue inmediatamente impugnado por Unión Demócrata Independiente (UDI) que lo acusa de haber apoyado al ex líder del izquierdista Frente Patriótico Manuel Rodríguez, Galvarino Apablaza, reclamado por la justicia chilena.
Apablaza es acusado de ser el autor intelectual de la muerte del senador y fundador de la UDI, Jaime Guzmán, aliado político del ex dictador Augusto Pinochet, en un atentado ocurrido en 1992, cuando todavía el aparato represor del régimen militar estaba intacto.
El vocero del nuevo gobierno, Ricardo Lagos Weber, dio por zanjada hoy la polémica, al afirmar que Bachelet hizo uso de sus atribuciones exclusivas respecto al nombramiento de subsecretarios, “en consecuencia es una materia cerrada”.
La UDI había pedido que Vergara enviara una carta a las autoridades de Argentina, donde reside Apablaza, reclamando su extradición, como señal de arrepentimiento por haber cuestionado el Estado de Derecho imperante en Chile cuando pidió el pasado año que fuera liberado.
Ella (Bachelet) ha nombrado gente que le parece adecuada, que tienen calificación, personalidad, carácter, liderazgo, conocimientos, afirmó el portavoz dando por concluido el asunto.
Por su parte, el senador socialista Jaime Naranjo afirmó que la UDI “no tiene autoridad moral” para cuestionar el nombramiento de Vergara, pues en tiempos recientes suscribieron cartas de apoyo a Paul Schaefer y la ex Colonia Dignidad”.
El ex cabo del ejército nazi, jefe del enclave alemán, es acusado por una veintena de casos de abuso sexual de menores y haber colaborado con los cuerpos represivos de la dictadura en la tortura y desaparición de opositores políticos.
“No es posible obviar que el régimen de Pinochet se apoyó en dos brazos: uno represivo, que tuvo como expresión la DINA y la CNI, y uno político-ideológico, que encabezó el denominado gremialismo, y que posteriormente se transformó en la UDI”, afirmó.
Recalcó que los actuales dirigentes de la UDI dieron sustento ideológico a las políticas represivas de Pinochet que tanto dolor y muerte causaron a los chilenos.
Santiago de Chile, 5 def 2006
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