A su llegada al aeropuerto, el artista -nacido en París en 1961, de padre gallego y madre vasca, y residente en Barcelona-, fue recibido por el ministro de cultura Abel Prieto y el presidente del Instituto de la Música, Abel Acosta.
Manu Chao evocó su anterior visita a la isla, en 1992, cuando actuó en el Teatro Karl Marx, con capacidad para cinco mil espectadores.
El artista explicó que, junto a su sexteto Radio Bemba, ofrecerá canciones ya conocidas y otras de un próximo disco en preparación.
Su actual viaje se inscribe en una gira latinoamericana que incluyó a México, donde mantuvo en vilo a un público mulitudinario, que se le entregó sin reservas en un prolongado concierto. De aquí partirá a Venezuela, Chile, Argentina y Colombia.
Autor de discos como Clandestinos y Próxima estación: Esperanza, Manu Chao se caracteriza por la experimentación y la búsqueda de fuentes musicales autóctonas (como la africana, latinoamericana y caribeña), que recrea en una obra multicultural.
Se le identifica con el rock mestizo, la fusión de la diversidad y el respeto a la diferencia. Combina el ska con el guaguancó, el blues con el reggae, el country con el tecno.
Sus letras están escritas en español, francés, inglés y portugués y se refieren a la vida, las esperanzas y los sueños de los pueblos.
A la privatización del arte, afirma la crítica, Manu Chao opone la socialización de la creación artística. “El es el vínculo que une las bolsas de resistencia de los globalizados de todo el mundo”, subrayó un cronista del diario mexicano La Jornada, agregando que “hace súbitamente visible a los invisibles”.
Considerado uno de los más altos exponentes de la simbiosis entre el arte y el compromiso social de esta época, no ha vacilado en declarar, en uno de sus conciertos que George W. Bush “es el hombre más peligroso del mundo y enemigo de nuestros hijos”.
La Habana, 1 de marzo 2006
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