La atribución recaerá sobre el comandante en jefe de esa institución castrense, en medio de fuertes cuestionamientos por una cadena de errores ocurridos el pasado año que provocó la muerte de medio centenar de efectivos militares en dos grandes tragedias.
Lagos dejará la silla presidencial el 11 de marzo próximo, mientras el general Cheyre entregará el mando dos días antes, en una publicitada ceremonia militar a la que han sido invitados más de mil 500 personalidades nacionales y extranjeras.
El documento tiene su origen en la época de la colonia. La última fue promulgada en abril 1839 durante el gobierno de José Joaquín Prieto y estuvo vigente hasta 1925.
El mandatario destacó que la nueva ordenanza “establece paradigmas, principios generales y valores de la rama castrense, los que aparecen estipulados en la nueva carta, tras dos años de intenso trabajo”.
Subrayó que “las características de la institución se plantean como un Ejército disciplinado y jerarquizado, pero disciplina y jerarquía deben combinarse con un segundo elemento que es la aplicación del discernimiento individual y el buen criterio al tomar las decisiones”.
En el penúltimo capítulo de la ordenanza titulado Profesionalismo Militar Participativo, Lagos precisó que en él se consideran nuevos elementos de la realidad regional, donde los países vecinos son considerados “como socios y amigos en proyectos comunes”.
El nuevo Ejército, según Lagos, tiene además que estar acorde a los tiempos globalizados, haciendo coincidir la seguridad interna e internacional, por lo que la institución, en ese sentido, debe “integrarse en misiones de paz de carácter internacional”.
Esto último fue considerado como una justificación del mandatario a la permanencia de las tropas chilenas en Haití, que se presume será objeto de un fuerte debate en junio próximo, cuando el Senado tenga que pronunciarse sobre el tema.
En septiembre del pasado año, Lagos proclamó unas 50 reformas a la Constitución aprobada por Augusto Pinochet en 1980 como si fuera una nueva Carta Magna, luego de sustituir la firma del ex dictador en el documemento por la propia.
Santiago de Chile, 28 de febrero 2006
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