El ministro argentino de Agricultura, Miguel Campos, se reunió la víspera con su par chileno, Jaime Campos, durante un viaje relámpago a Santiago para explicar que la situación en su país está bajo control y pedir que permita el ingreso de carne no afectada por la epidemia.
Tras la detección la pasada semana de un foco de la enfermedad en la norteña provincia de Corrientes, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) prohibió la importación de carnes provenientes del paralelo 42 al norte, lo que en la práctica dejó afuera a toda Argentina.
El Presidente Ricardo Lagos respaldó ayer la decisión, al recordar que Chile ha estado por 25 años libre de aftosa. “Es un tremendo capital que tenemos como país y eso hay que preservarlo y cuidarlo, de manera que todas las medidas se toman para eso”, precisó.
Campos declaró que entre todos los destinos cerrados a Argentina “lo más grave” es Chile, “por la importancia del mercado y por el valor de la exportación”.
Chile, que importa casi el 60 por ciento de la carne bovina que consume, recibió en 2005 casi el 10 por ciento de las exportaciones de carnes transandinas y es el segundo mercado -tras Rusia- más relevante para ese sector.
El objetivo del viaje del titular argentino era convencer a su par chileno de la calidad sanitaria de las otras partes de su país, tal cual lo han defendido sus productores de carne, según indicaron fuentes de su entorno.
Aunque admitieron que no pretenden “buscar milagros”, los funcionarios del vecino país indicaron que lo importante ahora es tratar “acercar posiciones” con las autoridades chilenas.
Empresas importadoras de carne en Chile han solicitado al SAG flexibilizar sus restricciones y permitir la entrada desde regiones aparentemente no contagiadas con aftosa tanto de Argentina como Brasil, bloqueado también desde octubre pasado.
El titular chileno invitó ayer a su homólogo argentino a un almuerzo. “Me contó lo que está ocurriendo, que hubo un episodio de aftosa, que se ejecutaron medidas como la eliminación del ganado, controles de fronteras internas y procesos de vacunación”, explicó.
Argentina desea que se cierren las exportaciones sólo de Corrientes -como lo ha hecho Rusia-, pero no de otras provincias.
Sin embargo, el SAG estaría dispuesto a permitir eso sólo si el país está “zonificado”, es decir, que su territorio está dividido sanitariamente y certificado ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
“Les he recomendado la zonificación desde el 2001, cuando tuvieron el primer episodio de aftosa, pero hacerlo depende de ellos, no de nosotros”, comentó hoy Campos al ser abordado por medios locales.
Según explicó, la única “oferta” del gobierno chileno a Argentina fue poner a su disposición recursos y funcionarios que ayuden a controlar la enfermedad. “Fue una reunión cordial, franca y provechosa, en que se reafirmó la posición chilena y Miguel Campos lo entendió perfectamente”, señaló el titular chileno.
El enviado especial del presidente Néstor Kirchner se reunió con técnicos del SAG y luego indicó que viajaría también a Estados Unidos, país que estaba considerando la apertura sanitaria a las carnes argentinas, lo que quedó en suspenso tras lo ocurrido en Corrientes.
En tanto, los precios pagados por los comercializadores a los productores de carne volvieron a subir ayer en Chile y acumulan un alza de entre 17 y 18 por ciento respecto del lunes pasado -previo al cierre a Argentina-, indicó el gerente de la Feria de Osorno, Harry Jürgensen.
El presidente Lagos advirtió ayer que si los precios finales suben, responderían a “especulaciones, no obedece al mundo real de la economía, porque los stocks están aquí”, y apuntó que un consumidor “no tiene por qué pagar más, porque no hay razones ahora para eso”.
Santiago de Chile, 14 de febrero 2006
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