En una declaración pública, la organización sindical, sostiene que a consecuencia de las numerosas reacciones adversas que se presentaron en niñas(os) vacunados con DPT de procedencia India en establecimientos de salud públicos, el Ministerio de Salud resolvió, el martes 24 de enero pasado, suspender su administración y encargó al ISP llevar a cabo un estudio sobre el producto que se usó hasta la fecha, estudio que para cualquier mortal, debería haberse hecho antes de usar la vacuna masivamente.
En días posteriores recibimos información de que a pesar de la instrucción ministerial, la vacuna se administraba aún en algunos establecimientos, motivándonos a hacer una consulta sobre el estado de la información en el sistema de salud municipal, lo que nos permitió establecer que la información ministerial, pese a la importancia de lo instruido, no fue difundida de manera suficiente y efectiva, ni siquiera en los grandes núcleos urbanos, siendo por cierto mayor el nivel de desinformación, a nivel rural, señaló la Confusam.
Según los trabajadores de la salud municipalizada, junto con averiguar sobre el estado de la información sobre la indicación ministerial, consultamos sobre el grado de cumplimiento de la instrucción dada por el laboratorio importador de la vacuna, de inyectar la misma en el muslo, en vez del brazo. Sobre este particular, debemos señalar que en la inmensa mayoría de los establecimientos consultados no se recibió una instrucción expresa de la autoridad sanitaria, lo que dio pie a que se siguiera vacunando en brazos.
Esta situación, sostiene la Confusam, que en un país con un alto grado de desarrollo en lo sanitario y en lo tecnológico (comparado con otros países de la región), es de suyo relevante ya que nos permite darnos cuenta de que tenemos claramente grados significativos de problemas de comunicación y de coordinación en la red de salud pública, hecho no menor de cara a situaciones en las que eventualmente nos veamos en la necesidad de contar con capacidades de respuesta rápida y eficiente ante situaciones que así lo ameriten.
Es asimismo evidente que esta problemática tiene su origen en los niveles de gestión de mayor responsabilidad en la red, vale decir, en el Ministerio de Salud, SEREMI y Servicios de Salud, acusaron.
Es nuestro convencimiento que de esta experiencia deben desprenderse responsabilidades que permitan superar las trabas que dificultan claramente la entrega de más y mejor salud para la gente, a la vez que evitar situaciones como las que se presentaron con la vacuna DPT.
Por último, la Confusam, inidcó que nos parece oportuno emplazar a la autoridad sanitaria a explicar los motivos (económicos, y/o técnicos) que llevaron al Ministerio de Salud a cambiar la vacuna previamente en uso, ya que la misma no habría presentado dificultades como las que presentó la vacuna comprada en India.
Santiago de Chile, 30 de enero 2006
Crónica Digital
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