Así lo informó el propio Lagos, tras un histórico encuentro con Morales, en la modesta vivienda de este, que terminó con una breve conferencia de prensa en la que intercambiaron cordialidades y coincidieron en el interés de que sus países estrechen relaciones.
El primer presidente de Chile que visita Bolivia en más de medio siglo se declaró “tremendamente contento” por la entrevista.
Saludó el inició de la administración de Morales y su gran legitmidad, a tiempo de expresar el interés de su país en mantener buenas relaciones con la nueva administración.
Dijo también haber invitado a su anfitrión a la toma de posesión de Bachelet, en marzo próximo. Morales no dio respuesta pública a la misma, aunque el senador Ricardo Díaz, ligado al nuevo presidente, aseguró que este asistirá a la transmisión de mando en Chile.
Lagos -quien visitó a Morales inmediatamente después de su llegada- se excusó de hacer declaraciones sobre la demanda boliviana a su país de una salida soberana al mar, como reparación histórica por la conquista chilena de sus costas en el siglo XIX.
Aludió sin embargo el tema al confirmar que con Morales acordó que el diálogo entre los dos países no admitirá exclusiones, versión confirmada por el nuevo mandatario.
Por su parte, el líder boliviano recordó que su gobierno es producto del apoyo del pueblo, que ha hecho historia, y dijo que quiere seguir haciéndola en las relaciones con Chile, mediante la búsqueda de soluciones mediante el diálogo, que corresponde a la cultura indígena.
Señaló que la presencia de Lagos se enmarca en esos criterios y genera mayor confianza entre los dos países, decididos a dialogar sin excluir ningún tema, además de haber servido para recibir información de primera mano con sinceridad.
Además, Morales calificó a Lagos de amigo, compañero y hermano, que siempre estará al tanto de los problemas sociales, económicos y geopolíticos entre los dos países, para buscar solucionarlos en favor de las mayorías, de los pobres y de los indígenas.
Ha sido un primer contacto y queremos avanzar, señaló unas horas antes de asumir la Presidencia oficialmente, y reiteró la necesidad de la discreción en el tratamiento de los temas de las relaciones bilaterales, tanto económicas como históricas.
La visita de Lagos respondió a una invitación oficial y pública que le hizo Morales, que extendió la misma a Bachelet, a quien Lagos excusó por no asistir, debido a que está totalmente dedicada a formar su gabinete ministerial.
Bolivia y Chile no tienen relaciones diplomáticas desde hace cuatro décadas, con un paréntesis bajo los regímenes de los dictadores Augusto Pinochet y Hugo Banzer, que negociaron la entrega de un corredor al mar en favor de Bolvia, intento fracasado por la exigencia chilena de territorios a cambio.
La posibilidad de un acuerdo para exportar gas por costas chilenas sin que Santiago brinde una salida soberana al mar propició una rebelión social que obligó a renunciar a la Presidencia al neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003.
El siguiente gobierno interino de Carlos Mesa condicionó cualquier acuerdo energético con Santiago a la solución del diferendo marítimo, y su sucesor, Eduardo Rodríguez, volvió a privilegiar como los anteriores la vinculación económica con Chile.
La Paz, 22 enero 2006
Prensa Latina , 0, 45, 11