Con más del 28 por ciento de la población originaria -constituida por unos 800 mil indígenas de varias étnias- viviendo bajo el nivel de pobreza extrema, los niños están forzados a cumplir duras y largas faenas para ayudar a sus familias.
El estudio, llevado a cabo por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Colegio de Profesores de Chile destaca que alrededor de un 10 por ciento de los menores debe trabajar obligados por la pobreza.
María Jesús Silva, una de las coordinadoras del estudio, indicó que la investigación se centró en las ciudades con mayor concentración de población indígena, principalmente en Arica, en la frontera con Perú y en Temuco, capital de la región de La Araucanía (sur).
Silva explicó que las faenas más comunes que realizan, tanto niños como niñas, son en el campo y están relacionadas con la siembra y venta de productos agrícolas y el cuidado de ganado, aunque algunos llegan incluso a operar maquinarias pesadas.
El estudio subraya que la obligación de trabajar a tan corta edad en tan duras labores provoca en muchos de estos menores serios problemas de salud y les impide asistir a las escuelas o se ven obligados a abandonarlas en medio de un dramático circulo vicioso.
Recalca asimismo que la mayoría tiene que trabajar entre cuatro y seis horas diarias para ayudar al sustento de sus familias..
Vivir en Chile y ser indígena no es fácil. Según una encuesta CASEN reciente, en similares condiciones laborales, éstos ganan 26,23 por ciento menos que un no indígena, mientras el 28,7 sobrevive por debajo de la línea de pobreza.
Uno de cada cinco hogares no logra reunir 43 mil pesos al mes (poco más de 80 dólares), en un país donde virtualmente todos los servicios -incluyendo salud y educación- están privatizados.
“Sin dinero no hay estudios y sin estudios sólo consiguen trabajos mal remunerados”, afirma los investigadores.
Del total de la población indígena (5,4 por ciento de 15,1 millones de habitantes que tiene Chile), el 87,7 por ciento es mapuche, un 8,1 es aymara, 1,8 quechua, 1,5 rapa nui, 0,5 colla y 0,2 kawashkar. También hay, pero en menor escala, yaganes.
Las regiones de La Araucanía, Los Lagos y Metropolitana concentran el 76,5 por ciento del total, según el último censo del Instituto Nacional de Estadistica (INE).
Santiago de Chile, 7 de enero 2006
Crónica Digital/PL , 0, 109, 13