Pese al regreso a casa previsto en 2006 para un gran número de soldados, las unidades iraquíes “seguirán dependiendo del Ejército estadounidense en el apoyo logístico y en otras funciones”, señala un artículo del semanario.
Unos 155 mil efectivos norteamericanos están desplegados en territorio iraquí, pero el Pentágono afirmó que este inventario será reducido en unos 10 mil luego de las elecciones del próximo 15 de diciembre en esa nación del Golfo Pérsico.
El entrenamiento y equipamiento de las fuerzas locales debe completarse en enero de 2007, pero tomará mucho más tiempo lograr que esas agrupaciones cuenten con sus propios aseguramientos, declaró el teniente general David Petraeus, quien dirigió la preparación de esas tropas.
“Eso significa que los convoyes estadounidenses no dejarán de rodar a lo largo de las carreteras y podrían ser más vulnerables ya que tendrán que ser protegidos por los iraquíes, y no por las tropas norteamericanas”, consideró Petraeus.
La mayoría de los expertos coinciden en que la ocupación extranjera es “un generador importante de la insurgencia”, que ha mostrado una gran habilidad para adaptarse a los cambios tácticos de las fuerzas estadounidenses.
Además de las acciones de la resistencia, señala Newsweek, la otra gran barrera en la estrategia del presidente George W. Bush es su falta de credibilidad en las razones que tuvo para emprender la agresión armada, algo similar a lo ocurrido en la guerra de Vietnam.
“Por qué después de dos años de acusaciones que resultaron falsas -contra Bagdad-, la opinión pública estadounidense tendría que estar junto a su presidente”, preguntan los periodistas Michael Hirsh, Scott Johnson and Kevin Peraino, autores del artículo.
Bush justificó la invasión tras el pretexto de que Iraq constituía una amenaza al tener un programa de armas de exterminio masivo. Sin embargo, pese a estar el país ocupado por fuerzas extranjeras desde marzo abril de 2003, no fueron halladas evidencias de esos portadores.
Influyentes congresistas republicanos exigieron este domingo explicaciones precisas a la Casa Blanca sobre el curso de la guerra en Iraq, donde la cifra de militares norteamericanos muertos sobrepasa los dos mil 90.
John Warner, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, exigió a Bush esclarecer el desarrollo de esa conflagración.
En similar tono habló el republicano Richard Lugar, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara alta, quien expresó que la opinión pública nacional requiere más información sobre el curso de las operaciones bélicas en Iraq.
Confiamos en que en breve la administración federal nos provea más datos acerca de la situación real en el Medio Oriente, para que el debate pueda ser bien argumentado de cara a la ciudadanía, manifestó el legislador en un programa de televisión.
El 15 de noviembre último el Congreso aprobó una resolución que exige a la Casa Blanca reportes trimestrales sobre los operativos militares y policiales en el país árabe.
Washington, 29 de noviembre 2005
Prensa Latina , 0, 56, 2