La medida fue anunciada la víspera por el ministro del Interior, Francisco Vidal, tras reunirse con intendentes, jefes de plaza, el jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional y el director del Servicio Electoral, para coordinar las acciones.
“Si hay una alerta verde, amarilla y roja, no hemos llegado a la roja, pero estamos en la amarilla, y el gobierno no va a permanecer impávido ni indiferente ni neutral”, afirmó Vidal tras recalcar que “no vamos a aceptar más violencia en las noches”.
Destacó que el ejecutivo no va a tolerar el desorden e instó a los candidatos presidenciales a “controlar a sus brigadistas”, ya que “la gente no quiere que sus ciudades estén invadidas de propaganda por metro cuadrado y mucho menos quiere que haya violencia”.
Coincidiendo con lo afirmado ayer por el aspirante a La Moneda por el pacto Junto Podemos Más, Tomás Hirsch, el ministro del Interior dijo que los chilenos esperan un debate de ideas y propuestas y “no una guerra” entre candidatos y sus brigadistas.
Vidal, envuelto activamente en la campaña presidencial de la oficialista Michelle Bachelet, aprovechó la oportunidad para atribuir la responsabilidad al candidato de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), Joaquín Lavín.
“No se puede hablar todo el día sobre que hay que luchar contra la delincuencia y a las ocho y media de la noche empezamos a contratar delincuentes”, apuntó en referencia a reportes periodísticos que afirman en la campaña del ex alcalde de Santiago participan pandilleros.
A su vez, el saliente general director de Carabineros, Alberto Cienfuegos, precisó que “las campañas electorales no se pueden transformar en guerrillas, porque mañana podemos tener una consecuencia fatal”.
“Esto no es un juego. No se puede ganar una elección sobre la base de tener los matones más importantes”, enfatizó el jefe policial.
Aunque Vidal se refirió sólo a Lavín, medios locales se hacen eco de denuncias y quejas de violencia y vandalismos ejercidos también por pandillas contratadas por los comandos de Bachelet y Sebastián Piñera, quienes son los que más fondos invierten en la campaña.
Los reclutados, en su mayoría jóvenes y personas sin trabajo, participan en actos proselitistas, distribuyen volantes, colocan afiches y también se dedican a atacar físicamente a los oponentes, asaltar locales o destruir “la propaganda enemiga”.
En un reportaje de televisivo (TVN), un brigadista relató cómo fue instruido para destruir los carteles, e incluso supervisores constatan que haya hecho el trabajo, antes de pagar mil pesos -casi dos dólares- “por cara cortada” (recortan con cuchillas el rostro de los afiches rivales).
Seis personas atacaron en la madrugada de ayer en Valdivia la sede del candidato al Senado por la ultraderechista UDI Sebastián Donoso, golpeado con un palo, y otros a la ex alcaldesa de Máfil María Angélica Fernández.
Donoso atribuyó el ataque a brigadistas del comando de la Concertación, que habrían actuado como reacción “a la baja de Bachelet en las encuestas”, mientras María Estela León dijo que en los últimos días ha aumentado la violencia en contra su esposo, Joaquín Lavín.
La Policía de Carabineros informó ayer que dl 11 al 19 de noviembre hubo 413 denuncias y 54 detenidos por infracción a la Ley de Propaganda Electoral, y en total -desde el inicio de la campaña- se han registrado mil 223 y 268, respectivamente.
Santiago de Chile, 23 de noviembre 2005
Crónica Digital/PL , 0, 78, 3