Ha culminado, con éxito, el proceso electoral el Colegio de Periodistas. Hemos elegido al nuevo Consejo Nacional, a la mesa directiva, y a 13 de nuestros 18 consejos regionales del país. Qué distinto al proceso de hace dos años, cuando no se presentó ninguna lista a las elecciones nacionales ni regionales y hubo que esperar un par de meses para hacer los comicios. Esta vez hubo tres nóminas de postulantes nacionales, con casi el doble de candidatos en relación a los cargos a llenar.
Participaron en los comicios 470 periodistas de todo el país. Se trata de una cantidad similar de votantes que en los comicios anteriores y ese hecho no nos deja contentos. Sin embargo, es necesario subrayar que en esta ocasión aumentó de manera significativa el número de votantes en la mayoría de las regiones, especialmente en consejos como los de Copiapó, Coquimbo, Maule Sur y Temuco, entre otros. Los retrocesos preocupantes de participación están en Santiago y Valparaíso, un mensaje que debería ser escuchado por los dirigentes de esos Consejos.
En primer término, podemos estar contentos porque se han disipado los malos augurios de crisis, se ha combinado renovación y experiencia en los electos en todo el país, y en el Consejo Nacional han resultado elegidos representantes de diversas regiones.
En segundo lugar, los planteamientos del colectivo de periodistas Nueva Aurora para Chile han triunfado en el Consejo Nacional, con la reelección de Marcelo Castillo como presidente y de la mayoría relativa de consejeros, en el Metropolitano –que reúne a la mitad de los colegiados, con el triunfo de Iván Gutiérrez como presidente y la elección de la mayoría absoluta de los consejeros- y han sido respaldados de manera importante en varios de los consejos regionales del país.
¿Qué explica el éxito de Nueva Aurora?
Su transversalidad gremial y política. Hemos puesto en primer lugar la necesidad de tener un proyecto específico para el Colegio de Periodistas, que convoque a colegas de las más diversas posiciones políticas. En este sentido podemos decir que se han sumado a nuestro proyecto gremial colegas de prácticamente todo el espectro de posiciones políticas que hay en el país con motivaciones muy diversas.
Sin embargo, es necesario agradecer muy sinceramente el respaldo formal e incondicional a los planteamientos de Nueva Aurora de los Partidos Socialista, Por la Democracia, Radical e Izquierda Ciudadana.
La intención de Nueva Aurora siempre ha sido sumar a quienes creen en el Colegio como organización gremial y que consideran que debe tener una conducción democrática y progresista.
Lamentamos sinceramente que partidos como la Democracia Cristiana y el Partido Comunista no hayan entregado ese respaldo, pese a que se les solicitó formalmente por diversas vías. Contradictoriamente con sus alianzas de carácter nacional, primó en la DC la idea del camino propio y una conducción confrontacional con el Consejo Nacional del Colegio. La idea de centrar la campaña de sus candidatos en la descalificación de las otras opciones llevó a un buen postulante a la presidencia a la derrota.
Por su parte, el Partido Comunista ha optado en el Colegio de Periodistas por una posición que recuerda a la del Polo Revolucionario que con tanto rigor combatió durante el Gobierno de la Unidad Popular. La radicalización artificial de su discurso llevó al PC a perder la mitad de los votos que obtuvo su candidato a presidente nacional en los comicios anteriores. Nada tienen que ver estas posiciones con las que transmite su órgano oficial, El Siglo, y con las que sustentan los dirigentes sociales comunistas de otras organizaciones frente a la dirigencia del Colegio.
Pasadas las elecciones, se ha abierto un clima de superación de estas diferencias, al constituirse una mesa directiva nacional con representantes de las tres listas que estuvieron en competencia.
En lo sustancial, las elecciones confirmaron el mandato que entregó el XIV Congreso Nacional del Colegio de Periodistas, realizado en Concepción, del 27 al 29 de abril pasado al Consejo Nacional anterior y que el recién electo deberá terminar de ejecutar.
Hemos recibido una muestra de confianza de la mayoría de los colegas, que coinciden y apoyan nuestros planteamientos de cambio, de unidad, de democracia y de responsabilidad gremial.
Pero no podemos estar satisfechos con la participación electoral, que nos advierte que hay muchas tareas para mejorar el compromiso de los colegiados en los destinos de su organización, en el restablecimiento del rol del Colegio en la sociedad y en la defensa y ampliación del sentir democrático de la ciudadanía.
El acto electoral que hemos vivido nos deja muchas tareas, y quizás la principal es reencantar a nuestros asociados, y conquistar a las nuevas generaciones de periodistas, y lograr fortalecer la organización combinando savia joven y la experiencia que viene de una tradición institucional y de historia digna a la cabeza de luchas por la libertad de expresión y el derecho a la información de los ciudadanos en el país.
Es necesario garantizar la participación de todos, generando las condiciones para la expresión de las diversas sensibilidades, como condición de legitimidad democrática y de respeto mutuo. Especial importancia cobran en este sentido las aspiraciones de mayor autonomía de los Consejos Regionales, demanda a la que se debe responder por responsabilidad y rigor, en función de los compromisos adquiridos.
Nos planteamos restablecer el rol de liderazgo del periodismo, de los periodistas y de sus organizaciones representativas, en la defensa de la dignidad, de los derechos de sus profesionales, y de la libertad de expresión y de información para los ciudadanos del país, y la recuperación del rol rector del Colegio en materias tanto de las libertades como de los derechos sociales, profesionales y económicos de nuestros colegas.
Nos sentimos convocados para, en conjunto con otras entidades gremiales hermanas, organizaciones sindicales y políticas, coincidir en plataformas sociales, y en reivindicaciones programáticas, que fortalezcan, amplíen y profundicen nuestra democracia.
Nueva Aurora , la instancia que hemos generado para impulsar y hacer realidad estos objetivos, no es una organización partidista, pero no somos enemigos y ni dejamos de reconocer la realidad política partidaria que se expresa tanto en la sociedad como en el Colegio.
Tenemos una convicción democrática y una vocación gremial unitaria.
Es más, estimamos que en el logro del cumplimiento de los objetivos que el gremio, en su Congreso de Concepción, ha resuelto, democráticamente, impulsar, y las nuevas tareas que surjan en la emergencia social, hay espacio para todos, de que es hora de sumar, y no de dividir y mucho menos de descalificar.
Por supuesto estamos aprendiendo, no tenemos ni todas las fórmulas ni todas las respuestas, pero lo hacemos en medio de la acción , y de los complejos fenómenos sociales que están en desarrollo en el país y en el mundo.
Somos expresión de una tendencia a organizarse mas allá de las banderas ideológicas o partidarias, recogiendo una voluntad de participación y de responsabilidad social, respondiendo a una realidad que emerge en el país,
Somos parte de este despertar de los movimientos sociales de Chile., pero respetamos y reconocemos la tradición histórica que nos llega desde la historia de Chile, de su movimiento obrero, de sus fuerzas políticas democráticas y libertarias,
Desde este punto de vista nos consideramos una expresión de los movimientos sociales, que emergen en respuesta a carencias, a experiencias o a elaboración renovada de las realidades y las perspectivas de la vida política y social, en una búsqueda de objetivos que vinculan nuestro quehacer con una sensibilidad social en emergencia.
Y los colegas nos han entregado una responsabilidad, que asumimos como una misión, y que estamos comprometidos a cumplir., en conjunto con todos.
Este es también un llamado a devolver al Colegio de Periodistas su lugar señero y restablecer su autoridad e independencia respecto de los poderes económicos y políticos.
Unidos lo podemos hacer.
Por Marcel Garcés, Marcelo Castillo e Iván Gutiérrez
Santiago de Chile, 28 de septiembre 2012 Crónica Digital
Disentimos absolutamente de las afirmaciones que suscriben tres colegas integrantes de la mayoría circunstancial del Colegio de Periodistas que se congratula de los resultados de las recientes elecciones.
El triunfo de Marcelo Castillo a nivel nacional no debe sorprender pero sí alarmar al gremio por lo exiguo de su apoyo y la generalidad de sus “propuestas” que no responden a las genuinas exigencias de los profesionales de la Orden.
Rechazamos absolutamente la versión antojadiza sobre la actividad de los colegas comunistas en el Colegio, nada más alejada de “polos revolucionarios” y de la “radicalización artificial de su discurso”. Los invitamos a seguir con honestidad la lectura de nuestra plataforma programática, compartida con colegas de regiones, independientes y trabajadores de los medios de comunicación en general que buscan un Colegio más abierto y participativo.
En esta labor, contamos, desde luego y como siempre, con el periódico El Siglo, donde trabaja la mayor parte de los comunistas colegiados.
No nos extraña la actitud asumida por este grupo, integrado por algunos ex militantes de nuestras filas, comprometidos en propuestas engañosas y empeñados en odiosas descalificaciones. Nos sentimos ampliamente respaldados por decenas de colegas que permanentemente apoyan nuestros esfuerzos unitarios con otros sectores del gremio y seguirán participando con nosotros por la recuperación del Colegio para bien de nuestra profesión, más allá de ambiciones personales o partidistas.
Nuestra presencia en las mesas de los consejos Nacional y Metropolitano testimoniará esta actitud histórica de unidad y lucha que caracteriza al PC y a los periodistas comunistas.
Quisiera agregar todavía cuatro observaciones a la nota de los colegas: En el período pre-eleccionario no recibimos ninguna invitación ni siquiera insinuación a conversar con este sector. Sin embargo, estuvimos en intercambios con colegas del PS y de la DC que no fructificaron. Una vez más, en el proceso electoral se demostró que habría sido inùtil llegar a acuerdos al respecto.
Por otra parte, ponemos en duda la «aplicación del mandato» del XIV Congreso en Concepción, fundamentalmente porque las «resoluciones» difundidas oficialmete no recogen ni el espíritu ni la letra de los puntos acordados. Por lo mismo, estamos solicitando un congreso extraordinario, cuestión que -entendemos- comparte el presidente nacional. En todo caso, el Consejo Metropolitano saliente hizo llegar por escrito las observaciones e irregularidades detectadas en las «resoluciones» que, a juicio del presidente serían responsabilidad de la comisión de Resoluciones que actuarían en forma «autònoma e inapelable». ¿Esa es la democracia? ¿Para eso existen los estatutos y el Congreso? La inconsecuencia es manifiesta.